RESPETO PARA LOS DIRIGENTES DEPORTIVOS

RESPETO PARA LOS DIRIGENTES DEPORTIVOS

Luis Pérez Gutiérrez

El apoyo al deporte en Colombia ha sido irrisorio en todos los gobiernos. No obstante, nuestros deportistas han hecho por el país más que cualquier dirigente público o privado. Hemos tenido grandes deportistas más por casualidad que por causalidad.

Nuestros deportistas valientes, en medio de la pobreza y del desamparo estatal, se crecen como gigantes para hacer quedar bien a la patria.

Todavía el país sueña con una propuesta de avanzada para el deporte que es alimento esencial del cuerpo y poderosa gimnasia para el espíritu.

Y detrás de todos los avances en el deporte, están innumerables dirigentes cívicos del deporte, que trabajan y dedican su vida a gestionar y mendigar para mantener viva la llama del deporte.

Por eso, desagrada leer en Internet una conferencia en España del Director del INDER quien dice: “En Medellín durante muchos años en construcción, administración y uso de los escenarios deportivos se desarrollaron prácticas ilegales, delincuenciales como la corrupción, el clientelismo y el aprovechamiento de bienes públicos en beneficio de particulares… Pero la política pública que se aplica desde 2004 en Medellín ha permitido transformar las estructuras del deporte…” Sus palabras, son un irrespeto a la imagen internacional de la ciudad.

Es una agresión a la dirigencia deportiva de Antioquia. Es por lo menos una provocación, que un funcionario público salga al exterior con dineros sagrados del Estado a calumniar dirigentes de ligas deportivas que por más de 50 años han prestado su servicio cívico y leal al deporte.

Asegurar que antes de 2004 los escenarios deportivos del Municipio eran manejados por ilegales y delincuentes, pero que de 2004 en adelante ya todo viene del vaticano, es una agresión.

El vocabulario del Director del Inder no solo es descalificador de la historia deportiva de Antioquia, sino que entra a un debate que lo desfavorece a él y a quienes lo apoyan políticamente. Ese funcionario no se da cuenta el pantano sobre el cual está parado.

Para que el Director del Inder reflexione, hay que recordar que en lugar de descalificar como ilegal o delincuencial todo lo que le haya sucedido al deporte asociado antes de 2004, debe ser prudente pues las únicas dos alcaldías que han sido relacionadas con ilegales o delincuentes o narco paramilitares han sido precisamente las alcaldías que lo protegen a él desde el 2004 en adelante.

El Consejero Nacional de Paz y SEMANA (2008) aseguraron que la alcaldía de Sergio Fajardo tuvo “pactos tácitos” con Don Berna y de allí surge la famosa palabra Donbernabilidad, ya inscrita en el diccionario público. Y, pesa sobre la alcaldía actual de Alonso Salazar, quien nombró a este Director del Inder, cartas de Don Berna y declaraciones de la ex congresista Rocío Arias que testimonian que la alcaldía actual recibió el apoyo económico, político y militar de Don Berna, de Job, de Memin, de Giovani Marin entre otros.

La politiquería de creerse dueño monopólico de las palabras honradez y decencia, para calificar de indecentes o delincuentes a quienes no estén a su lado, ya tiene que pasar de moda. Hay que devolverle la verdadera decencia a la política que desde 2004 tiene a la ciudad degradada y dividida. No se puede aceptar la hipocresía como estrategia de éxito.

Ni Montecristo se salvó de la burla y la agresión de un funcionario del municipio, y ahora ningún dirigente deportivo se salva de otro funcionario que los quiere volver parte de lo ilegal o de la delincuencia.

Qué ingratitud con unos dirigentes deportivos que han escrito una verdadera historia de civismo y que mantienen encendida la llama del deporte.